Descubriendo a mi fallecida abuela paterna Amelia Eugenia Oyarzún Solís, un cuaderno de hojas amarillas se halló. En tinta casi desvanecida, una serie de versos escritos silenciosamente a mi abuelo, quien la dejó tendida en la viudez a los 26 años y quien sabe, a quién más...
Verso I
Doloroso escalofrío se apoderó de mi pecho
y tuve miedo de quererte alejándome en silencio.
Verso II
Me encontré contigo,
de tu nueva ilusión ibas del brazo,
tus ojos me miraron con temor,
yo seguí mi camino paso a paso.
Y me quedé sin ti,
sin la tibieza que me dio tu cuerpo,
mi dolor se hizo alarido
que quedó en el viento.
El tiempo ha pasado,
el alma tranquila no te olvida,
no volví a amar
porque por la herida abierta
se me fue la vida.
ILUSIÓN (1956)
No la sentí llegar ni la esperaba
el alma ya estaba acostumbrada a vagar,
ya conocía que su único destino
era seguir solitaria su camino.
No la sentí llegar,
fue de repente que en el pecho
sentí muy suavemente sus alas
y al roce de sus plumas milagrosas
el viejo huerto se llenó de rosas.
Dulce ilusión que sin yo presentirte
llegaste a mi vida y te prendiste.
Contigo, en el corazón se mecen nuevos ensueños,
como nuevas mieses...
Eres sólo ilusión, pero me bastas,
pues no espero de amor dicha ninguna
sólo a tu luz distante
embriagarme de anhelos y de luna...
Verso III
Tu amor es para mi como el rocío
que la alborada sobre la tierra vierte,
Cae tu esencia en mi raíz y al recibirla,
en rosas rojas mi rosal florece.
Tu amor es como el trinar del ave en primavera,
bajo azuloso cielo
arrullo tierno que el corazón arroba
y lo mece en un goce nuevo.
Verso IV
La luna tendía su luz en el mar
y este orgulloso empezaba a danzar
extendiendo lento sus ondas plateadas
en la noche tibia de algas perfumadas.
Cómo te asemejas, ¡oh, dulce amor mío!
A ese mar inquieto por luna vencido.
Al dejar mi beso en tu húmeda boca
de tus altiveces manso te despojas...
y temblando te acercas a mi corazón.
Cuando se asome el sol por el oriente yo gritaré tu nombre
y el río lo llevará en su corriente,
Cuando caigan las hojas en otoño, yo gritaré tu nombre.
TODO.....NADA (1959)
Tuve tu corazón y tus latidos,
de amor dijo tu voz y tus sentidos.
De amor tu mirada y tu palabra
Y de amor vibró, junto a la mía, tu alma.
Una estrella alumbró nuestro camino
bajo su luz forjamos un destino.
Juntos bebimos en la encantada fuente
del agua de la vida, que embriaga dulcemente.
Fuiste la llama que onduló en mi leño
y a su fulgor mesíase mi ensueño.
Eras luz de la existencia mía
y tu savia en mis ramas florecía.
Ya nada tengo, ni siquiera una herida,
en silencio y sin pena contemplé tu partida.
Se despojó mi árbol de antiguo ropaje
y ya alza, orgulloso, el más nuevo ramaje.
1947.. (a su esposo Carlos Alberto O'Ryan Cornejo)
Sombra tenían tus ojos
sombra tus manos queridas
sombra tuvo tu mirada
y tu palabra sentida.
Dijiste, como un adiós,
"Mujer, mucho te he querido"
Después la noche cayó
sobre tu cuerpo dormido.
Desde entonces, estoy enferma
de una incurable vagancia,
buscando doquier tu sombra
van mis anhelos y mis ansias.
(Ay si pudiera escuchar tus pasos en el sendero
y si pudiera, en mis manos, tener tu rostro moreno)
LLÉVAME (1960)
Llévame ahora que está blanca la luna en lo alto,
y la noche silenciosa ofrece todo su encanto.
Llévame, que yo quiero ir a tu lado,
por la senda unida toda a tu ser
circunvalando la Tierra.
Recorramos los senderos bajo los verdes espinos,
juguemos entre las flores silvestres de los caminos.
Vagando sin rumbo fijo
seremos como dos ciervos,
señores del bosque umbrío,
nimbado de dulce ensueño.
Seremos pájaros libres,
alzando feliz el vuelo
tendiendo anhelosas alas
por la inmensidad del cielo.
Seremos dos peregrinos
en busca del saco-filtro
que custodia gnomo adusto
agazapado en los riscos.
Y nuevo se hará nuestro abrazo
bajo la luz de la Estrella
y nuestro beso tendrá sabor a arroyo y a hierba.
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