Por la mirilla del tiempo inocuo,
un golpe súbito de viento cálido,
en un instante abrió al alba mis ojos cansados,
fríos y nublados.
Me hallaba en un remanso luminoso,
de sonrisas y latidos afanosos,
dejando templada en la madrugada
aquel momento curioso.
¿Evocaciones?
Una presencia y voz,
vinieron oníricamente al presente,
acompañado de un penoso descenlace,
dejándome en un estado silente.