domingo, 27 de noviembre de 2016

Extranjero


El amor direccionado me llevó a sus fronteras
sin pensar que escondida en su pasión
hallaría quimera.

En un lejano y sombrío invierno quise verlo 
quise contemplar esperanzada
si ese amor que había sentido ya no era desierto.

Lo vi y lo escuché, mas no lo conocí...
...mirar profundo en sus ojos me hizo pensar...
¿Qué estoy haciendo?,  ¿Qué hago aquí?

El amor que hasta ese momento creía vivo 
se transformó en desidia,
dejé de pensarlo, de sentirlo, de pedir por su vida.

De nuestro encuentro, a su vida llegó otra ilusión
  y a la mía, sin quererlo,
 una nueva pasión.

Me recordará algún día bajo anonimato
  y con el corazón silente 
verá que sólo yo siempre estuve a su lado.


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