Arena suelta y salina
hambrienta de tamarugal
dejas un recuerdo al paso
y cuando el viento te hace volar.
El desierto de Atacama te cobija
sorprendiendo al que te ve pasar
eres mi nieve salina
de pardo color natural.
De noche conversas con estrellas
y en el día con rocas de sal
celando al viajero extranjero
en sus ropas te ha de llevar.
Chuzca te llaman al caso
cuando de pronto te han de pisar
tu hogar no es de verdes bosques
sino de dunas en Tarapacá.
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