miércoles, 5 de febrero de 2014

Del Bombero Mártir

Dedicado a los anónimos servidores de fuego,
mujeres y hombres de mi país y del mundo.




Que no te sorprenda mi muerte
si me hallas siendo bombero;
cerraré mis ojos unos días,
pero nunca para mis compañeros.

Un golpe, una luz
 sorprendió mi vida en la hora del llamado,
otros antes que yo lo sabían,
ya han muerto y me están esperando.

Comandantes, Tenientes y voluntarios,
hermanos de otras épocas, de otros países,
me abrazaron en el acto.  

Los que me vieron partir me recordarán entre pitones,
compartiendo una Guardia,
enseñando mi familia,
siendo feliz asistiendo a una vida,
alzando mi hacha, tripulando el carro
entre grandes mujeres y hombres. 

Mi uniforme es mi piel
 y una cucarda con número llevo por nombre,
que más podía ser, que bombero de mi ciudad,
para servir con orgullo, 
presto al llamado de las voces. 

Como rinoceronte en selva, velaré por mis hermanos,
en retribución al honor en que me han puesto
 y el funeral que me han dado.

A perpetuidad dirán mi nombre en una lista,
 sin pensar y merecerlo,
por el sólo hecho de haber muerto en acto del servicio,
como bombero profesional y voluntario.

Por eso no llores tanto mi muerte,
 que mi memoria y mi trabajo serán recordados,
por los que de lejos y de otras tierras
 se encontraban conmigo, en ese llamado.

Honor y Gloria a los bomberos muertos del mundo,
de mi país
 y los que estuvieron a mi lado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario